Responsabilidad Social Corporativa

La responsabilidad social corporativa es las aportaciones que hace la empresa a la sociedad en distintas dimensiones como puede ser la financiera, la medioambiental, la socio cultural o la laboral. Tiene que ver con la ética en los negocios enfocado en que las empresas deben preocuparse no solo del mercado y de maximizar el beneficio, sino también en aquellos aspectos en los que los tentáculos de las empresas llegan y de los que no se preocupan, como la contaminación, las condiciones laborales de los trabajadores, las inversiones éticas y en general aquellos aspectos en los que las empresas pueden influir de manera positiva compatibilizándolo con su actividad así la empresa crea valor no solo en el mercado, sino también en la sociedad.
Sin embargo, en el mundo actual con un mercado globalizado las empresas van ganando poder mientras que los estados lo pierden, los grandes Holdings presentes en todo el mundo no pueden ser regulado por los estados y sindicatos ya que su nivel de actuación esta limitado a un nivel local, mientras que las grandes multinacionales, sobrepasan fronteras y se localizan en gran variedad de países.
Es esta situación junto a la preocupación de la mayoría de las empresas de maximizar el beneficio a cualquier precio y los fondos de inversión en busca de la máxima rentabilidad invierten en valores rentables sin importar las aportaciones a la sociedad.
Así las empresas han empezado a crecer, pero no por aumentar su número de fábricas, bienes ni empleados, sino que crecen descentralizando sus actividades y subcontratando hasta tal punto que la empresa matriz solo se dedica al diseño del producto, la gestión de marca y la función financiera mientras que el resto de funciones las realiza una tercera empresa subcontratada que se suele localizar en China, Indonesia o en otros países subdesarrollados. Ya que allí donde hay unos costes más bajos y una normativa más permisiva. Todo esto es debido a el gran poder que tienen las empresas sobre los gobiernos por la cantidad de dinero que generan en esos países y no por las grandes condiciones de las que gozan los empleados, ya que con sus sueldos nunca podrían pagar el producto que ellos mismos fabrican.
Así en 1984, en la India, más concretamente en Bophal, se produjo un vertido de gases tóxicos provocando la muerte inmediata de 7000 personas más otras 15000 que murieron posteriormente y que en la actualidad todavía afecta a 100.000 personas sin que la empresa responsable haga nada ni pague por lo sucedido.

En cuanto a la responsabilidad social corporativa, no hay que confundirla con la filantropía ya que la responsabilidad corporativa tiene que ver con aquello en lo que la empresa afecta negativamente en su actividad a la sociedad y se pretende que empiece a disminuir este efecto negativo o a aumentar el peso del efecto positivo que en la sociedad provoca la actividad de la empresa, mientras que la filantropía es la acción social privada, es decir, las empresas dan fondos a ONG, museos, programas socio culturales y demás organismos que mejoren la calidad de vida de la sociedad.
En la actualidad, hay un debate abierto referente a que si la responsabilidad social corporativa debería ser un acto voluntario de la empresa o si las organizaciones públicas deberían obligar a las empresas a ser más responsables al realizar su actividad. Hay gente que piensa que deberían de ser voluntarias ya que son aquellas acciones que las empresas hacen más allá de lo que hace la ley y que deberían ser voluntarias. Además en la actualidad las empresas venden estilo de vida, no productos y este estilo de vida, no quieren que se vea enturbiado por escándalos en países subdesarrollados o por culpa de la falta de respeto al medio ambiente o a las condiciones laborales y por ello, las empresas optan por aumentar su responsabilidad social corporativa. Otras personas creen que los organismos públicos deben obligar a las empresas a aumentar su responsabilidad mediante leyes y convenios ya que si no las empresas no lo harán.
Otra corriente opina que la OCDE debería proponer medidas voluntarias como el uso de etiquetas que distingan a las empresas socialmente responsables o obligarlas a informar a los inversores de sus actividades para que así las empresas tengan un incentivo para ser socialmente responsable.